Se insiste mucho en la participación activa de los padres en la educación formal de sus hijos. ¿Alguna vez te has preguntado cómo esto influye en el proceso de aprendizaje? ¿Y si te digo que tu presencia o ausencia en este aspecto puede influir en las emociones de él o ella?
Muchos padres piensan que la escuela es el único responsable de la educación de sus hijos y que con la formación que esta ofrece es suficiente. Sin embargo, la realidad es que esto no es mas que un pensamiento erróneo y dañino. Los niños pasan casi todo el día en la escuela, de hecho, pasan más tiempo allí que en sus hogares. Si los padres no hacen un esfuerzo por participar en este proceso, es muy probable que su rendimiento académico se vea afectado y que no se sientan apoyados por las figuras más significativas de sus vidas.
Es importante comprender que los hijos son un reflejo de los padres en muchos aspectos. Si ellos ven que te estás interesando por sus estudios, ellos también lo harán. Si, por el contrario, ellos ven que no le demuestras interés por su educación, probablemente ellos tampoco lo demostrarán. El involucrarnos en este proceso es vital ya que nos brindará la oportunidad para compartir otros asuntos. Es como una puerta que se abre a otras experiencias que se pudieran compartir, tales como: el logro, la celebración, el sentido de pertenencia, la conexión familiar, entre otras. Tal como lo lees, tu participación activa no solo influye en su rendimiento académico sino que también en la autoestima, emociones y comportamiento de tu hijo.
Para fomentar la autoconfiaza en sus hijos, para que se sientan apoyados y propicies las condiciones necesarias para su éxito académico, les comparto las siguientes recomendaciones:
Manténgase en comunicación activa con los maestros.
No importa la edad de su hijo, pregúntele si necesita ayuda para estudiar.
Reconozca las oportunidades a mejorar de su hijo y, de ser necesario, busque ayuda.
Ayúdelo a fomentar hábitos de estudio.
Ayúdelo a identificar qué técnica de estudio es con la que mejor resultados obtiene.
Rodéelo de libros con lecturas de su interés.
Asista a las actividades extracurriculares.
Refuerce sus logros.
Tenga presente que todos los niños son distintos y aprenden de manera diferente.
Motívelo para que en una próxima ocasión haya un mejor resultado.
¡Sea parte de sus logros, que sea una celebración familiar tras un trabajo en equipo valioso!
Referencia:
Educar Chile. Aprendiendo en familia. 2013. Comité Editorial. Chile.
