¿Sexo en la vejez?

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¿Quién dice que nuestros envejecientes no tienen derecho a disfrutar de su sexualidad? Cuando hablamos de vejez, muchos lo hacen con extrañeza, como si nunca fueran a llegar a esa etapa de la vida. De manera errónea, la vejez se asocia con lo viejo y poco útil. Ese estereotipo hacia las personas de la edad avanzada es mucho más cuando se trata de su sexualidad. La sociedad tiene la idea de que las personas de la tercera edad no son capaces ni merecedores de llevar una vida sexualmente activa y sana. Aunque en efecto existen algunas barreras, esa es idea es totalmente falsa. Los envejecientes sí pueden llevar a cabo su sexualidad plenamente.

El envejecimiento humano es el conjunto de cambios que se producen en el organismo de los seres humanos que conducen a la vejez. Se considera vejez el periodo a partir de los 65 años de edad. Es necesario hacer hincapié en que el envejecimiento no se presenta de la misma manera en todas las personas, ya que, tiene algunas particularidades únicas tanto en el aspecto biológico como psicológico. Esto se debe a que cada individuo vive de manera diferente y la vejez es reflejo de ello.

La sexualidad abarca varias dimensiones. Es un conjunto de creencias, fantasías, rituales, actitudes, derechos, valores, actos sexuales, orientación sexual, aspectos del placer, intimidad y reproducción. Cuando miramos todos esos aspectos, pudiéramos percatarnos de que esta población sí es capaz de disfrutar de su sexualidad. Por otro lado, la sexualidad también implica aspectos de la intimidad, la cual consiste de cinco componentes: compromiso, reciprocidad, aspectos emocionales, aspectos cognitivos y aspectos físicos.

Las personas de la tercera edad pueden tener la necesidad de sentirse queridos e importantes para otra persona. Mediante la intimidad se comparten valores, ideas, emociones y existe cierta conexión. Los abrazos, caricias, besos y otros aspectos físicos son parte de la intimidad. Ellos tienen mucha necesidad de establecer relaciones afectivas y evitar el sentimiento de soledad. Los comportamientos como tocar, agarrarse de las manos y abrazos, forman parte de la intimidad. Para ellos la sexualidad no se limita al contacto entre las zonas erógenas y tampoco es necesario llegar al coito para tener sexualidad e intimidad con otra persona. Existen distintos tipos de placer: placer del coito, de mirar, de mostrarse, etc. Cuando un envejeciente alcanza una vida sexual sana se conoce como Salud Sexual Geriátrica. Esto es, “la expresión psicológica de emociones y compromiso que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, amor, compartir y placer con o sin coito” (Herrera, A. 2003). 

Si bien es cierto que algunas condiciones biológicas pudieran afectar la sexualidad de ellos, esto pudiera considerarse de manera individual. Puesto que cada persona envejece de manera particular, dependiendo del estilo de vida que lleve o haya llevado. Sin embargo, con la información correcta y con la adaptación pertinente, los adultos mayores pueden llevar una vida sexual saludable. No cabe duda de que nuestros viejitos siguen siendo seres sexuales y no hay nada de indigno en ello.

¨La peor vejez es la del espíritu¨
– Bernabé Tierno

 

Referencias

Herrera, A. (2003). Sexualidad en la vejez: Mito o Realidad. Revista Chilena de Obstetricia y Ginecologia, (2), 150-162.

Rheaume . C. & Mitty, E. (2008). Sexuality and Intimacy in Older Adults. Geriatric Nursing, (29), 342-349.

Sousa dos Santos, S. & Carlos, S. (2008). Sexualidad en la Vejez: ¿Una realidad incomoda o una nueva realidad? Perspectivas en Psicologia, (5), 28-36.

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