A medida que pasen los días, tendremos que acostumbrarnos a lo que será un estilo de vida diferente. En el proceso de adaptación iremos acostumbrándonos a dormir, aunque pensemos en los sismos. Aprenderemos a estar conscientes del plan de acción familiar en caso de terremotos. Mantendremos comunicación más directa con nuestros seres queridos.
Ahora bien, la réplica emocional es responsabilidad propia. Debe considerar emplear estrategias de autoayuda y buscar ayuda profesional si siente que no puede manejar sus emociones, la ansiedad y el estrés luego del evento y la incertidumbre tras el terremoto. Reconocer que necesita ayuda no es de débiles, es de personas que reconocen cuando no pueden trabajar una situación de manera independiente.
(Leer artículo ¿Qué hacer para manejar la ansiedad ante los terremotos?)
Puerto Rico esta en una zona de alta actividad sísmica. Las pasadas generaciones no habían experimentado una actividad sísmica similar, pero no es algo extraño para el país. Por las próximas semanas la actividad sísmica será una realidad con la que tendremos que vivir.
Por tanto, aunque no nos guste, debemos comenzar a adaptarnos a una nueva normalidad. Esto implica, para muchos, comenzar desde cero, reubicarse, comenzar un nuevo estilo de vida. Juntos podemos lograr regresar a la (nueva) normalidad.
