Mantener la calma: ¿Cómo?

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Ante los fenómenos de la madre naturaleza, como el terremoto magnitud 6.4 ocurrido en Puerto Rico el pasado 7 de enero de 2020, y seguido de sus fuertes réplicas, seguimos escuchando una y otra vez que debemos mantener la calma, la tan famosa calma. En cada esquina que te paras la familia, vecinos y amigos te dicen «tienes que calmarte», «cógelo con calma», y por si fuera poco, al prender el televisor seguramente escucharás a un reportero decir «exhortamos a los ciudadanos  a mantener la calma». Calma por aquí y calma por allá. Entonces es cuando las personas abarrotados de nervios, angustia e incertidumbre, se preguntan de qué manera podemos lograrla y mantenerla, siendo para algunos algo complicado. Considerando las circunstancias actuales, no es para menos. Conservar la tranquilidad es definitivamente un reto y más cuando los habitantes del país han estado experimentando situaciones que no tan solo amenazan con su seguridad, sino con su estado emocional. Sin embargo, existen algunas estrategias útiles que ayudan a sentirnos mejor ante este tipo de circunstancias y compartiré algunas.

 

Sin duda, estar preparados es una estrategia prioritaria que ayuda a mantenernos calmados. Sí, ya sé, también estás cansado de escuchar tantas veces que debes estar preparado pero, ciertamente lo es. Estar preparados significa tener los artículos necesarios para enfrentar una emergencia y haber establecido un plan de contingencia para que, además de poderreaccionar efectivamente ante el evento, puedas salvaguardarte. Si te preparas de esta manera, a la vez, estarías minimizando la sensación de preocupación e intranquilidad que se suele sentir en estas circunstancias, por lo que estarías previniendo crisis emocionales. 

De igual manera, mantenerse bien informado a través de fuentes confiables te ayudará a no sentirte perdido. Cuando desconocemos algo, solemos experimentar una sensación de inseguridad e incapacidad de reaccionar o ejecutar de acuerdo al evento. De hecho, si no te informas adecuadamente no podrás prepararte acorde a lo que está sucediendo. Sin embargo, evita prestarle atención a información sensacionalista que no promueve la calma.

 

Por otro lado, reconozca que el miedo es una reacción natural del ser humano y que ante estos eventos es completamente normal que esté presente. No te sientas avergonzado y mucho menos cobarde por sentirte así; eres un individuo que siente y padece. No obstante, momentos en los cuales el miedo sacude, es cuando hay que conseguir esa calma que tanto te sugieren. El miedo desmedido paraliza, es decir, no te permite actuar a tiempo y de manera necesaria, algo esencial en estos casos. Además, puede estar acompañado de la ansiedad. La importancia de manejarlos a ambos es no darle paso a pensamientos negativos que impiden una buena toma de decisionesque pudieran ser cruciales en medio de un evento peligroso. Controla tus pensamientos, eres tú el que puede tomar dominio sobre ellos. A veces solemos ser demasiado pesimistas pensando en lo peor que nos pudiera suceder, sin percatarnos de que pensar de ese modo lo que produce es más miedo y ansiedad. No te estoy diciendo que te apartes de la realidad que acarrea las circunstancias que enfrenta la isla en estos momentos, sino que intentes alcanzar un balance y control en tus emociones ante lo que se está viviendo. 

 

Si eres padre o madre de un niño/a, es totalmente comprensible que tus  preocupaciones estén arremetiendo con todas sus fuerzas contra tus pensamientos y emociones. No obstante, ten presente que el miedo y ansiedad que estés sintiendo, tus hijos también lo sentirán. Los niños son como esponjas que absorben lo que se percibe en el ambiente. Háblale y explícale lo que está sucediendo con la verdad, claro está, sin olvidar mantener un lenguaje que vaya acorde a la edad y madurez emocional del niño. Evita los gritos y llantos delante de ellos. Es normal que haya un quebranto emocional en cierto momento, sin embargo si esto sucede delante de ellos, ya no sería un solo miembro de la familia en crisis, lo cual pudiera desencadenar mayor intranquilidad en el núcleo familiar. Limita su alcance a los medios de comunicación y utiliza actividades tales como juegos y la lectura para ayudarlos a desviar el enfoque en lo negativo y a su vez que se mantengan relajados. Como familia, pueden utilizar la respiración en determinados momentos del día con el objetivo de canalizar sus emociones. No olvides incluirlos a ellos en el plan de acción que debes trazar y no tan solo dialogarlo en familia, sino ensayarlo las veces que sea necesario.

 

Po último, no descartes la posibilidad de buscar apoyo emocional para ti y tu familia. A veces necesitamos de una persona adiestrada para comprender, manejar y aceptar lo que nos sucede. Recuerda, no tienes el control de la naturaleza, pero sí lo tienes sobre tus emociones y decisiones.

 

 

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